Seguramente para todas y todos nosotros, el recuerdo de la infancia podría ser uno de los mejores y que más sonrisas evocan. Y sobre todo la época navideña, donde la leyenda del Viejo Pascuero (Papá Noel, San Nicolás, como usted prefiera) era un hecho importante y que uno prácticamente esperaba todo el año. Claro, era momento de ver a la familia unida, armar el arbolito, esperar las doce de la noche para abrir los regalos y un largo etcétera, traducido en diversas costumbres sociales y también familiares.

Y sobre tradiciones y regalos, es costumbre que las empresas agasajen a sus trabajadores y sus hijos. La importancia del clima laboral es principal en este caso y aprovechando la coyuntura de la Navidad, el Servicio de Bienestar del Ministerio de Obras Públicas, no es la excepción.

Como todos los años, durante el pasado fin de semana se realizó la clásica fiesta de navidad en el complejo de Las Vizcachas, donde todos los afiliados al servicio, pudieron disfrutar de diversas y entretenidas actividades, tales como juegos inflables, el toro mecánico, camas saltarinas, además de diferentes stands. Para los más pequeños, se realizaron pinta caritas y se habilitó una zona para bebés. El encuentro incluyó el show de la popular cerdita “Peppa Pig” y de “cantando aprendo a hablar”.

Pero faltaba el número estelar: la aparición del protagonista principal, el mismísimo Viejito Pascuero, quien llegó desde el Polo Norte y haciendo un alto en su apretada agenda de diciembre, se hizo un tiempo y repartió los regalos correspondientes. Al respecto, Papá Noel confidenció que “las sonrisas de las niñas y niños, son la excusa perfecta para venir”. Se notaba acalorado y un poco sudado, tras venir de la nieve y el frío boreal, pero agradeció los aplausos de los papás y los pequeños.

Tras el mágico momento, la fiesta finalizó sin mayores contratiempos, donde la participación del Servicio de Bienestar RM, fue parte fundamental de la organización del encuentro, cuyas funcionarias, participaron y cooperaron activamente.