La resiliencia, según la Real Academia Española, es la capacidad humana de asumir con flexibilidad, situaciones límite y sobreponerse a ellas. Precisamente ese fue el concepto central de la liturgia, realizada en el hall central de la Seremi y que conmemoró un año desde aquel incendio que destruyó el séptimo y octavo piso del edificio ubicado en calle Bombero Salas.
Muchas y muchos recuerdan con genuina emoción, ese momento donde la emergencia obligó a evacuar, trasladar la zona de trabajo y además, reubicar a diversas unidades. La adversidad dio paso a un clima de unidad, compañerismo y preocupación.
Con el propósito de recordar, pero a la vez, realizar un llamado a reforzar estas buenas acciones, la Unidad de Gestión Ambiental y Territorial, organizó una misa que fue celebrada por el diacono Juan Carlos Acuña.
Al respecto, el Secretario Regional Ministerial, Fernando Gallegos, dijo que “el incendio representó un momento complejo para el servicio, pero el esfuerzo realizado por todas las direcciones y unidades, fue fundamental para volver al trabajo. Sin duda que es un ejemplo que debemos seguir mejorando. Además, debo felicitar fraternalmente a todos los que componen esta Seremía, por el compromiso que tuvieron y siguen teniendo”.
La actividad concluyó con la bendición del diacono a las nuevas dependencias del séptimo y octavo piso, reconstruidas tras el incendio.